Tener
que estudiar en julio y con estas temperaturas no es del todo de ensueño. Y,
hablando de sueño, estás que te caes por los suelos de lo poco que llevas
dormido esta semana.
Que en la biblio pongan sofás y ordenadores Mac, y otras tantas cosas que sabes que no funcionarían en España |
Parece
ser que te viniste un poco arriba cogiendo créditos este semestre y eso se
nota. Supongo que por un momento te creíste alemana y, vaya, va a resultar que no lo eras (Ni te apellidas
Müller ni eres de Baden-Württemberg).Pretendías entenderlo todo a la primera y
eso no se puede. Has aprendido que aceptar
tus limitaciones es también parte del Erasmus.
Miles
de fotos de gente poniéndose morena en la playa o dándolo todo en un festival,
y tú por aquí, dándole al café y visitando la nueva biblioteca (que, sea dicho,
es muy genial).
A
veces te das cuenta de que has descuidado a personas importantes y que ha
faltado algún que otro intrascendente “¿qué tal?”. También empiezas a ser consciente de que esta
experiencia se está acabando. Aún te quedan un par de exámenes, un viaje a
Berlín y unas cuantas fiestas, pero tu agenda se ha quedado literalmente sin
páginas.
Eiskaffee, o forma de alegrarme el día |
Por
suerte, nunca es tarde para intentar aprender cosas nuevas ni para descubrir
curiosos atajos en tu residencia. Tus alemanes te cuidan bastante.
El
café con helado de vainilla siempre ayuda a adoptar otro punto de vista. Tartas
caseras, música inspiradora y algo de alcohol (que en tu resi haya una máquina
expendedora de cervezas tiene sus ventajas). Fotos en la pared y el plan de un
viaje a España en la ventana de la cocina.
Chaos und Ordnung |
Y pluie d’été…Resulta que lo de bailar
bajo la lluvia no es sólo cosa de las películas. Vuelve a ser posible respirar.
Sinsentidos necesarios.
"…la pluie, l'été, balayant la poussière immobile, fait à l'âme des êtres comme une respiration sans fin…" (L'élégance du hérisson)