lunes, 16 de febrero de 2015

Entretiempo


Carnaval a la alemana
Y por fin se acabaron los exámenes. De hecho, acabaron ya hace un par de días, pero, como es de esperar, la prioridad ha sido recuperar el sueño y la fiesta perdidos.

Ya se acabó el estrés, los cafés y el no dormir. Y has sobrevivido. Ya no anochece a las tres de la tarde y parece que incluso haya pasado ya lo peor del frío invierno alemán. Por fin has podido poner un poco de orden en los papeles y tu cuarto vuelve a ser un lugar digno.

Por otra parte, este mes de semi-encierro ha sido bastante productivo (y no me refiero precisamente a lo académico):

El tener que estudiar te hace apreciar más las cenitas y las pequeñas charlas. El buscar excusas para hacer un pequeño/gran descanso de los libros te lleva a mejorar considerablemente tus dotes culinarias (no me atrevo aún a decirlo muy alto, pero parece que empiezo a medio saber cocinar).



Planes más o menos improvisados con los de tu piso. De ver telebasura en alemán a acabar tomando una Gemüsebrühe a horas intempestivas.

Copos de nieve desde mi ventana,
árbol de navidad
Y no hay nada como llegar a casa tras un día de examen y de frío (en todos los sentidos), y que alguna tontería de tus compañeros o una muy oportuna carta te reequilibren.

Otra de las cosas geniales por aquí en estas fechas es la nieve. Ver caer copos nieve desde mi ventana se ha vuelto algo habitual cada mañana. Los del piso no entienden tu fascinación por la nieve, pero es lo que tiene venir de una ciudad en la que la última vez que nevó tu abuela tenía tu edad. Luego recuerdas lo emocionados que suelen estar los turistas cuando visitan tu ciudad en verano y cómo se quedan enamorados del sol. Somos así, nos gusta lo distinto, lo que nos  falta, lo que no tenemos.

Los exámenes han acabado. Por delante dos meses de Semesterferien (sí, el próximo semestre no empieza por aquí hasta finales de abril). Visitas y viajes parecen buenos planes.

A seguir buscando lo mejor de cada etapa.