Los
días y las semanas pasan volando y detalles como comprar tu billete de vuelta o
empezar con el papeleo para subarrendar tu habitación te llevan a darte cuenta
de que esto se está acabando.
Oficialmente
ha llegado el verano, pero parece que tu querido Friburgo ha decidido llevarle
la contraria al calendario volviendo a sus típicos nublados. Y es que a la
ciudad con más horas de sol al año de Alemania le gusta engañar a locales y
visitantes haciéndoles soñar con la llegada de un verano que no siempre viene
para quedarse.
De nuevo Heidelberg, ¿quién diría que han pasado ya casi 9 meses? |
Aunque
haya hecho casi el mismo tiempo que en noviembre, la segunda visita de tus
padres a Alemania (esta vez avisando) ha sido algo distinta. Tu relación con
Friburgo (o, como dice tu madre, “con tu pueblo”) y con todo lo que le rodea ha
cambiado, y eso se nota. Aunque sigue siendo posible perderse, esta vez al
menos le puedes echar las culpas al GPS. Habéis aprovechado para visitar otras
ciudades, algunas nuevas para ti, como Baden-Baden o Konstanz, y otras viejas
conocidas de aquel periplo que empezó en octubre, como Heidelberg y Speyer.
Tras
algo de estrés y mal tiempo, que tus padres terminen conociendo a algunos de
tus compañeros de piso, a esos de los que en noviembre apenas te sabías el
nombre, y que acaben todos bebiendo cerveza del Feierling en el balcón y conversando en una extraña mezcla de
idiomas no puede ser más que genial.
El famoso Rummel, o cómo convertir el patio de tu resi en una "velá" |
Y es
que al final le coges cariño a tu Littenweiler y no dejas que nadie se meta con
él (salvo por supuesto tú misma). El muy esperado Rummel (fin de semana de fiestas de tu resi y lugar de encuentro
para todas las criaturillas que en su día vivieron por allí) desde luego no te
ha dejado indiferente.
Y si encima una buena amiga vuelve a visitarte el
surrealismo ya viene solo.
Y,
como no, otras mil conversaciones de balcón. De lo absurdo a lo serio y
viceversa. Empiezas a entender ese amor de los alemanes por los balcones, esa
casi necesidad vital. Creo que todos necesitamos un balcón, en todos los
sentidos.
Parece
que hoy el sol ha regresado. ¿Se quedará esta vez?