lunes, 10 de agosto de 2015

El surrealismo vuelve a sus orígenes (Berlín)

El estrés de los exámenes se acabó, y eso no deja de ser triste, porque con ello también queda más claro que se acaba tu Erasmus.

Mucho más que bolsas

Toca desmatricularse de la Uni Freiburg y que, tras horas esperando en la cola, el funcionario de turno le dé a una tecla poniendo punto y final a tu paso por esta universidad.

El siguiente paso es dejar tu habitación recogida para tu inquilino. Imposible evitar ser aún más lenta de lo normal haciendo las maletas. Parece que las fotos se resisten a ser despegadas de la pared por algún inexplicable (o del todo explicable) motivo. Tu vida de un año empaquetada y apilada en el pasillo. Una habitación vacía y sin vida. No deja de ser una extraña imagen.

Despedidas que ni el tequila hace menos duras. Tarjetas y mensajes, chocolate y un CD de Schlager.




Hugo, Schlager y chocolate…
mejor resumen imposible

Para contrarrestar todo esto y atrasar un poco más ciertas despedidas te has ido una semana a tu querido Berlín. Es una de esas ciudades capaces de curarlo todo. Allí nació por primera vez el concepto de surrealismo y cada vez que vuelves sientes la ciudad de una manera diferente.

Ya no tienes quince años ni la visitas por primera vez para hacer un cursillo de alemán (quién te diría por entonces que acabarías viviendo un tiempo en Alemania y medio dominando ese extraño idioma). Tampoco es tu absurdo, loco e inolvidable  viaje de fin de bachillerato  (aunque la falta de sueño sí que se ha mantenido desde entonces).  No estás aquí con una buena amiga inventándote historias para que te dejen entrar en los bares. Pero estás aquí.


El muro de Berlín sigue igual. Berlín sigue siendo esa ciudad en la que te miran más por la calle si vas trajeado que cuando vas vestido para una trash party. Perderse en los lugares más extraños sigue siendo posible y tu (sin)sentido de la orientación parece superarse con el paso de los años.

Time goes on

Berlín siempre es conocer gente. Una vez más, temperaturas absurdas, falta de sueño e ir corriendo a todas partes. Seis chicas en una habitación de hostel con un solo baño y un único espejo ponen de por sí a prueba tus dotes de diplomacia.

Gente comprometida con lo que hace y con mucha ilusión. Aprender bastante y tener aún más claro lo que quieres.



Time to leave you
Ir a una conferencia tras haber dormido una hora y al salir irte del tirón a una cena de gala cargada con tus maletas. Que tu tren de medianoche se cancele y acabar recorriéndote toda Alemania en trenes regionales. Berlin- Magdeburg- Braunschweig- Hannover- Mannheim- Freiburg como otra de las muchas cosas que no tienen sentido en tu vida. Ah, y todo esto bajo la lluvia. Llegaste por primera vez a Friburgo lloviendo y te vas de Berlín bajo la lluvia. Ciclos que parecen cerrarse.

En dos días regresas definitivamente a España y por ahora estás acogida en la habitación de una de tus compis, intentando no ser devorada por el papeleo y buscando inspiración para hacer que tus cosas y tus recuerdos quepan en una maleta. Mal sehen.