Llevas
ya un tiempo aquí, y tu inacallable Fernweh
(ansia por conocer sitios nuevos) contraataca.
¡A la rica Flammenkuchen! |
Ya te has acostumbrado a los
más peculiares productos alemanes: Rhabarber
(Ruibarbo, sí, os habéis quedado igual, es una fruta-verdura que se usa un
montón en repostería), Kohlrabi (según
el diccionario se traduce como “colinabo”), Buttermilch
(leche salada, esta última no te termina de convencer del todo, pero bueno...).
Ya
sabes cocinar Flammenkuchen (plato
por excelencia de la zona, una pizza con base de nata) y hacer Maultaschen (como
unos raviolis gigantes) caseros. Ya has cumplido con el prototipo y has
preparado sangría (por primera vez en tu vida) para los del piso. Ya has estado en todo tipo de surrealistas WG-Party.
Sin
embargo, sigue siendo posible perderse en tu Friburgo querido (tanto en el
sentido metafórico como en el más real).
Pasear
bajo el sol por la orilla del Dreisam en tu bienamado Littenweiler, que, a
veces, por cercano, no te has dignado a explorar, puede ser un gran plan e
incluso una buena solución en días des-inspirados.
Sangría, buen experimento veraniego |
Además,
el verano friburgués sienta bien, y toda la ciudad se lanza a disfrutar del sol
como si no hubiera mañana, ya sea en barbacoa, picnic o en la modesta versión
de sentarte en la terraza.
Ya
tocaba también subirse al puente azul, plan para el que nunca encontrabas (o
querías encontrar) tiempo. Porque a veces hay que subirse a los sitios, aunque
te dé un poco de vergüenza que te vean intentándolo. Supongo que pasa lo mismo
con tantas otras cosas.
Una
fiesta en Vauban (el barrio más hippie-alternativo de Friburgo, en el que
organizan lo que por aquí llamaríamos una “velá”) puede acabar con un
interesante tour nocturno (o casi mañanero) por desconocidas líneas de tranvía.
Otro
día, mientras vuelves de una barbacoa con tus gafas de sol, puede empezar a
diluviar. Pero la pluie d’été tiene hasta
su punto. Vino y lluvia desde el balcón.
En
definitiva, siempre puedes encontrar surrealismo, ya sea lejos o en las pequeñas
cosas que te rodean. Basta con saber mirar a tu alrededor con otros ojos.
Por
muchas sonrisas más, de esas que no se borran con desmaquillante.
"There is nothing new under the sun,
but there are a lot of old things we don't know"
Ambrose Bierce
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