Pues, por fin, casi una semana después de llegar a Friburgo,
puedo escribir. Me he pasado todo este tiempo sin Internet, lo que, como os
podréis imaginar, no es lo más ideal cuando uno acaba de llegar a una ciudad
desconocida.
En fin, tras unos días muy buenos en casa de esta amiga, me
tocaron unas cuantas horas de viajecito bajo la lluvia y, como siempre, bien
cargada de maletas, hasta Friburgo.
las vistas desde mi habitación, muy rural todo |
Ah, y sospechas confirmadas, vivo con 17 alemanes con los
que comparto cocina y baño (aunque sea una residencia está organizada por
plantas y cada planta funciona como un piso compartido).
En general los de la residencia son amables, pero no puedo negar que todo es un poco complicado. Eso sí, mi nivel de alemán creo que aumenta por segundos, es una cuestión de supervivencia. Aunque, a veces, llega un punto en que me resulta todo tan agotador que ni puedo ni quiero hablar ningún idioma.
En general los de la residencia son amables, pero no puedo negar que todo es un poco complicado. Eso sí, mi nivel de alemán creo que aumenta por segundos, es una cuestión de supervivencia. Aunque, a veces, llega un punto en que me resulta todo tan agotador que ni puedo ni quiero hablar ningún idioma.
Por otra parte, el papeleo es bastante insoportable y la falta
de Internet no es que ayude mucho. Creo que me acabarán echando del Starbucks,
porque se nota bastante que vengo básicamente a pillar Wifi.
Menos mal que la gente en Friburgo es bastante simpática, te
miran con una mezcla entre cariño y compasión cuando preguntas por las
direcciones e incluso creo que una abuelita de aquí me ha querido adoptar o
algo porque me regaló una tarjeta de transporte así por las buenas.
Respecto al tema salir y fiestas, impera nuevamente el
surrealismo que me caracteriza. Días en los que iba a una cenita tranquila en
la Mensa he acabado en una discoteca desde la que se veía todo Friburgo y días
en los que pretendía salir he acabado en modo sofá, manta y peli con mis
compañeros de piso.
Por lo demás, me las apaño bastante bien aquí, aunque creo
que necesito con urgencia que alguien me regale un libro de cocina. Poco a poco
mi habitación va dejando de tener ese aire provisional e igual que mis cosas se
van asentando en este nuevo espacio, también lo van haciendo mis ideas.
Benditos cambios.
ResponderEliminarMe gusta leerte Sole :)